Social bots: la técnica que se esconde tras las noticias falsas
¿En qué consiste exactamente un social bot? Este término se hizo bastante frecuente especialmente en relación con los debates en Internet sobre el brexit y la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos. Los social bots son una especie de chatbot que se utiliza en las redes sociales para influir en los debates de las redes sociales, por lo que en las elecciones federales de Alemania de 2017 muchos temieron su impacto masivo. Pero ¿es su influencia realmente tan significativa? ¿Qué se esconde tras un bot social y cómo funciona?
Los bots de las redes sociales se hacen pasar por usuarios humanos y, si no se indica que se trata de máquinas, se califican como cuentas falsas. Los demás usuarios creen que son humanos a partir de los datos de sus perfiles. Este tipo de bots suele utilizarse para difundir opiniones en las redes sociales o fomentar el debate entre sus usuarios.
Las empresas utilizan social bots con fines comerciales, por ejemplo, para simular que sus productos tienen una mayor popularidad y también para redactar valoraciones positivas sobre estos, pero también se emplean con objetivos políticos, de tal modo que influyen en la discusión pública posicionándose por un determinado partido o político. Para desacreditar al oponente, los social bots se valen de cierta desinformación, por lo que no es sorprendente que esta tecnología se asocie normalmente a términos como “fake news” (noticias falsas), “hate speech” (discurso del odio), “filterbubbles”, es decir, filtros burbuja o “bucles de retroalimentación”.
El efecto polarizador de los bots en las redes sociales mantiene ocupados a periodistas y empresas de los medios de comunicación, pero también a humanistas y sociólogos. Debido a la creciente importancia de estas plataformas se ha desarrollado una industria propia que gana dinero con el desarrollo y la utilización de los social bots y, dado que la utilización de estos programas es legal, el planteamiento de esta técnica en la red supone un negocio lucrativo.
Debido a que cada vez hay más personas que se informan a través de las redes sociales, muchos predicen un impacto creciente en la opinión pública de los bots que operan en las redes sociales, de ahí que algunos organismos políticos se hagan eco de los peligros que pueden surgir con estos programas.
No obstante, esta tecnología no debe ser condenada precipitadamente, pues después de todo puede utilizarse de forma sensata sin caer en la desinformación ni manipular las opiniones, es decir, por ejemplo como programa de chat que responde a las consultas de los clientes.
Para comprender cuáles son los peligros de los social bots y cómo pueden identificarse es necesario saber cómo funciona su tecnología. A continuación te explicamos qué es un bot y qué tipos existen.
¿Qué es un bot?
Un bot (abreviatura en inglés de “robot“) es un sistema automatizado que está programado para realizar determinadas acciones y ejecutarlas de forma periódica o reactiva sin necesidad de que un humano lo controle. Así, analiza su entorno y “decide”, de forma autónoma y en función de la situación, cuáles son las acciones que tiene que ejecutar.
Un estudio de Incapsula en 2016 dio como resultado que más de la mitad del tráfico de Internet a nivel mundial está generado por bots, el 30 por ciento de los cuales son denominados como bad bots (fuente: "https://www.incapsula.com/blog/bot-traffic-report-2016.html").
Los distintos tipos de bots se diferencian entre sí en cuanto a su complejidad técnica. La amplitud de banda va desde los algoritmos simples hasta la sofisticada tecnología de inteligencia artificial. Si un bot opera con este tipo de tecnología significa que tiene capacidad de aprendizaje, es decir, explora su entorno y se adapta a él.
Dependiendo de su función, los bots no son fácilmente perceptibles por los humanos y realizan sus tareas en un segundo plano o se hacen pasar por humanos ( o incluso imitan el comportamiento de las personas). A continuación te presentamos detalladamente algunos tipos de bots:
- Rastreadores web (web crawlers): estos pertenecen a una categoría de bot que trabaja de un modo totalmente imperceptible. Mayoritariamente son utilizados por los buscadores para examinar la Web automáticamente, para analizar páginas web y para introducir esta información en directorios de búsqueda. En general actúan de forma “benigna” en el ámbito de las normas reconocidas de forma universal, como el estándar de exclusión de robots. Otros web crawlers operan más allá de estas normas y recopilan datos no autorizados.
- Chatbots: a diferencia de los rastreadores web, los chatbots actúan de forma reactiva: reaccionan a actividades humanas y están especializados en responder a otros participantes en chats de forma razonable. En el día a día, los chatbots actúan como asistentes digitales. Un asistente de páginas web puede, por ejemplo, guiar a los visitantes a través de estas o responder a preguntas sobre la temática u otros aspectos de la página web. Asimismo, asistentes de voz como Siri u OK Google o asistentes de voz externos como Amazon Echo o Google Home se basan en la tecnología de los chatbots.
- Videojugadores virtuales: muchos videojuegos requieren participantes virtuales que reaccionen de forma variable a los humanos. De estas operaciones se encargan los bots. Se habla en este caso de personajes que no juegan (juegos de rol), de aimbots (juegos de acción), poker bots (póker online), etc. Estos bots actúan de forma reactiva y trabajan de forma múltiple con la técnica de la inteligencia artificial. Un ejemplo notable es la inteligencia artificial de Google llamada AlphaZero, que mostró su talento tanto en el ajedrez como en el juego de mesa Go. Tales técnicas inteligentes se tienen en cuenta en los juegos de ordenador en forma de bots.
- Social bots: se trata de los bots ocultos que se utilizan en las redes sociales. Estos trabajan tanto de forma repetitiva como reactiva, es decir, clican en “Me gusta”, comentan, retuitean e intentan provocar a otros usuarios o involucrarse en las conversaciones. Para que los otros usuarios les respondan, simulan una identidad humana.
Los bots pueden ser muy útiles en el día a día, aunque también pueden utilizarse para actividades delictivas. Dado que muchos bots están especializados en trabajar de forma autónoma y de la manera más discreta posible y en imitar el comportamiento humano, se convierten en una herramienta idónea para el espionaje o robo de datos.
Los rastreadores web y los chatbots son los dos tipos de bots más habituales. Las generaciones actuales de bots suelen combinar sus funciones básicas: el análisis oculto de los datos de los rastreadores web y la simulación de la comunicación humana del chatbot. Los social bots también recurren a ambas funciones.
¿Qué es un bot social y en qué se diferencia de otros bots?
Un bot social es un programa automático que simula el comportamiento humano en las redes sociales. Los social bots participan en debates en Twitter o Facebook y dan la impresión de ser usuarios humanos. En las redes sociales difunden contenidos sobre temas determinados, generalmente con el objetivo de influir en la formación de la opinión pública.
Por lo general, los bots de redes sociales se utilizan en el sector del marketing o para objetivos políticos, aunque tampoco es inusual que difundan también noticias falsas. Debido a que de esta manera influyen en la opinión pública y en los debates de Internet, también se les conoce como robots de opinión. Para dirigir la opinión pública, los bots de redes sociales utilizan técnicas típicas de estos programas que también utilizan otros tipos de bots: buscan debates sobre un tema determinado en las redes sociales (evaluación de la información como en el caso de los rastreadores web) y participan en ellos como integrantes virtuales (simulación de conversaciones como en un chatbot).
La función de los social bots se parece mucho a la de los chatbots o los asistentes digitales y contribuyen a la comunicación con los humanos. Sin embargo, se da una diferencia esencial: mientras que los chatbots ofrecen un servicio de asistencia que el interlocutor utiliza, los social bots engañan y manipulan a los interlocutores (humanos). Por otro lado, mientras que los chatbots pueden cumplir su función si se utilizan como programas técnicos, en el caso de los bots de las redes sociales el engaño de los otros participantes es un requisito básico para poder influir en la opinión pública.
Ejemplos de uso de social bots
Hay muchos ejemplos de uso de social bots con fines de manipulación. En 2016 y 2017 se registró el uso de estos programas en casi todas las elecciones públicas importantes: a este respecto surgieron debates pormenorizados sobre su influencia en las votaciones del brexit, en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, en las parlamentarias de Francia o en las generales alemanas.
- Votación del brexit: en junio de 2016, la mayoría de británicos se decidió por salir de la Unión Europea. Anteriormente ya se había discutido fervientemente sobre este tema en las redes sociales, donde se constató que los social bots también estuvieron presentes. Como reportó el diario The Independent, los bots de redes sociales constituyeron una importante estrategia en pro de la salida del Reino Unido de la UE.
- Elecciones generales en Alemania: en vista de las elecciones anteriores en el extranjero, antes de las elecciones generales en Alemania en 2017 existía el temor de que los social bots también influyeran en la opinión pública. Como consecuencia, todos los partidos mostraron su negativa a que se utilizaran estos programas en las campañas electorales a pesar de estar permitidos en Alemania. Sin embargo, debido al número proporcionalmente reducido de usuarios alemanes en Twitter, el alcance de dichos programas también es menor.
La influencia de los bots de redes sociales en los resultados de las elecciones fue objeto de una gran polémica. Sobre todo las votaciones del brexit y la sorprendente victoria de Trump ocuparon las primeras páginas de la prensa durante meses.
Otro efecto secundario de los bots en las redes sociales es que adulteran los resultados de los análisis de las redes sociales. A la hora de evaluar los likes y retuits, para los analistas resulta complicado reconocer si estos proceden de cuentas humanas o virtuales. Asimismo, averiguar cuál es la relevancia real de los temas es estadísticamente todavía más complicado, lo que constituye una desventaja tanto para empresas como para políticos, pues ambos basan sus estrategias en los resultados de los análisis de las redes sociales.
Funciones de los social bots
Generalmente, un social bot hace publicaciones bajo una cuenta falsa que tiene una imagen de perfil, posts y a veces incluso sus propios seguidores o “amigos”. A través de esta cuenta, el bot social difunde sus mensajes de marketing o declaraciones políticas, lo que puede lograrse en forma de likes y retuits o de posts y comentarios. A través de una interfaz de programación (API), el bot social obtiene acceso a las redes sociales y puede recibir y enviar datos. Los social bots actúan normalmente durante las horas en las que los usuarios de las redes sociales están más activos, pero además publican sus comentarios en diferentes intervalos de tiempo, lo que disimula la máquina que se esconde detrás. Un social bot también es capaz de enviar solicitudes de amistad. Si un usuario humano la acepta, puede que otros social bots recopilen estos datos y los analicen. Investigadores de la universidad canadiense British Columbia demostraron que los social bots recopilan información y analizan los datos de la cuenta de las personas que aceptan sus solicitudes de amistad.
Debido al tamaño de los tuits, Twitter es una de las redes sociales preferidas para los social bots, y en ella son suficientes los conocimientos lingüísticos básicos de los bots más sencillos para actuar pasando desapercibidos.
Muchos bots para redes sociales están programados con algoritmos simples basados en cadenas de eventos “si- entonces”: si se identifica un tema relevante, entonces el bot social publica sus contenidos preprogramados. Para encontrar temas adecuados, los social bots trabajan con búsquedas sencillas de palabras clave y escanean los timelines de Twitter o las publicaciones de Facebook en busca de determinadas palabras o hashtags. Tras ello publican textos previamente confeccionados como statements o intentan guiar las conversaciones por una dirección determinada.
También existen bots en redes sociales que son técnicamente más complejos. Con ayuda de la inteligencia artificial, de amplios análisis de datos y de textos, los social bots consiguen generar nuevos comentarios que se diferencian de los anteriores. En ocasiones, este tipo de bot también puede hacer referencia en sus comentarios a temas de actualidad y, en general, componen sus aportaciones a partir de diferentes textos online que van reorganizando. En el caso de estos social bots más complejos, desenmascararlos es bastante más difícil.
Los robots de opinión trabajan de forma realmente eficiente cuando están conectados entre sí. Si varios bots actúan de manera coordinada en una botnet, estos pueden difundir la información más eficazmente. Así, los bots sociales pueden pulsar en “Me gusta” o compartir las publicaciones que otro social bot haya redactado. Por ello, su influencia crece ligada al número de cuentas.
La técnica de los social bots: ¿por qué existen tantos?
Para desarrollar un bot social simple no se necesitan muchos conocimientos técnicos, pues con las herramientas adecuadas pueden crearse social bots aún sin grandes conocimientos en programación. Asimismo, es igual de fácil acceder a cuentas de usuario falsas: estas pueden crearse de nuevo usando generadores online o mediante un iniciador humano que compre cuentas falsas ya existentes. Asimismo, también puede comprarse el software de control de estas tiendas online. A través de una interfaz de programación, el bot puede acceder a Twitter o Facebook, donde responderá a palabras clave o hashtags predefinidos. La disponibilidad inmediata de la tecnología contribuye significativamente a la rápida difusión de los bots sociales. Las mismas plataformas sociales simplifican esta enorme difusión, puesto que tanto Facebook como Twitter mantienen a sus interfaces de programación relativamente accesibles con la pretensión de animar a los desarrolladores de aplicaciones a trabajar en nuevo software para sus plataformas. Pero esto es lo que permite a los bots acceder fácilmente a ellas, sobre todo Twitter. Es por esto por lo que la mayoría de bots se mueven a sus anchas por la plataforma. Sin embargo, también hay medidas que limitan el margen de maniobra de los bots en las redes sociales, como las barreras técnicas que impiden la creación de cuentas falsas o que, al menos, la dificultan. Si se averigua la dirección IP de un bot, puede bloquearse para que no pueda acceder a la red. Para defenderse de los social bots, muchas plataformas utilizan los llamados captchas, tests muy sencillos para las personas pero con los que los bots tienen serias dificultades. Generalmente, en los captchas los usuarios deben introducir una secuencia numérica gráfica que no pueden leer las máquinas. Cuanto mayor sea la complejidad con que se programe un bot, mayor será la probabilidad de que pueda resolver captchas sencillos.
Los diferentes tipos de social bot
Las funciones básicas de un social bot son siempre las mismas, pero se pueden diferenciar tres tipos distintos dependiendo de su función: los bots de sobrecarga, los trending bots y los bots auto troll.
- Bots de sobrecarga: un bot de sobrecarga es aquel que inunda las conversaciones online con sus comentarios. Suele publicar una y otra vez los mismos mensajes y relega otras publicaciones a un segundo plano. Estos bots resultan eficientes cuando trabajan con otros bots. Si clican en “Me gusta” y publican comentarios en una red de forma recíproca, los usuarios pierden
rápidamente el control sobre los debates. De esta manera es imposible intercambiar contenidos. - Trending bots: los trending bots también trabajan mejor en equipo. Si gran cantidad de bots de redes sociales aprehenden de forma coordinada un determinado hashtag, pueden conceder un amplio alcance a comentarios sobre dicho tema. Si esto se extiende con éxito a la columna de tendencias de Facebook o Twitter, puede que el tema llegue incluso a la prensa. Aquí es cuando los social bots pueden distorsionar la verdadera importancia del área temática elegida. Los trending bots se ocupan de que los fenómenos marginales parezcan tendencias innovadoras o que un pequeño grupo marginal se asemeje a un movimiento social.
- Bots auto troll: estos bots actúan solos y su objetivo es intentar distraer a los usuarios que hayan expresado su opinión sobre un tema determinado e involucrarlos en una conversación. Esto se lleva a cabo generalmente con testimonios sugerentes para provocar su réplica, lo que hace que se desvíe la atención del verdadero tema, por lo que una conversación constructiva puede convertirse en un diálogo polémico y violento. Con este método, los bots pueden evitar fácilmente el intercambio de contenidos.
¿Quién se beneficia de los social bots?
Es difícil conocer quién se esconde detrás un social bot. Hasta hoy no hay ni un solo método que sea absolutamente seguro para identificar cuentas falsas, por lo que detectar a los desarrolladores responsables es todavía más difícil. No obstante, se pueden distinguir cuatro grupos de personas que se lucran de la utilización de los bots sociales:
- Profesionales del marketing en redes sociales/influencers: las pequeñas y grandes empresas pueden utilizar social bots para realizar un marketing encubierto. Los influences persiguen marcar tendencias e influir en ellas con ayuda de los robots de opinión. Asimismo, también se pueden obtener datos sobre el público objetivo con los bots en redes sociales y, si se acepta la solicitud de amistad, estos tienen acceso a los datos del perfil.
- Responsables políticos: se sospecha que los grupos de presión o los responsables políticos también utilizan social bots. Los servicios secretos estadounidenses presumen que detrás de muchas cuentas falsas y bots en redes sociales en la campaña electoral de EE.UU. se esconden hackers rusos, pero no se sabe si el ataque procede de delincuentes o del propio gobierno ruso.
- Otros participantes interesados en la formación de opiniones públicas: hay otros participantes con intenciones de influir en las opiniones mediante social bots. Estos pueden ser particulares, grupos, organizaciones o delincuentes. Este tercer grupo, un conjunto de participantes difícilmente identificables, es el mayor de los que nos ocupan. Las personas que los forman utilizan bots en beneficio de un partido o para atraer una mayor atención sobre algún tema, o incluso para causar alboroto. También es muy habitual la difusión de contenidos de extrema izquierda o extrema derecha y, como este grupo es muy heterogéneo, es difícil encontrar el denominador común de la intención de los usuarios.
- Participantes sin intereses reconocibles: también hay numerosos social bots que son en comparación “más inofensivos”, como, por ejemplo, aquellos que dan a “Me gusta” de forma masiva a comentarios sobre Star Wars. Los bots de este tipo no tienen objetivos políticos o económicos reconocibles, sino que probablemente solo son el resultado del deseo de provocar.
Peligros y eficacia de los social bots
Generalmente, el objetivo de los bots sociales es influir en las opiniones y tendencias de las redes sociales.
En un artículo publicado por El País se pone de relieve que «En EE UU, los republicanos y la derecha supremacista usaron ejércitos de bots para "manipular consensos, dando la ilusión de una popularidad online significativa para construir un verdadero apoyo político" y para extender el alcance de su propaganda. Y concentraron sus esfuerzos en los estados clave en disputa, que inundaron con "noticias basura". En países como Polonia y Rusia, gran parte de la conversación en Twitter está monopolizada por cuentas automatizadas. En estados más autoritarios las redes se usan para controlar la conversación política, silenciando a la oposición, y en los más democráticos aparecen las cibertropas para contaminarla interesadamente. Las plataformas no informan ni actúan porque pondrían "su cuenta de resultados en riesgo"». (Fuente: "https://elpais.com/tecnologia/2017/10/19/actualidad/1508426945_013246.html")
Sin embargo, la polémica surge en torno al éxito con el que los social bots consiguen realizar su función. En lo que muchos expertos coinciden es en que estos programas no realizan su trabajo de manera muy satisfactoria, por lo que apenas influyen en los usuarios de las redes sociales.
No obstante, sí existe consenso en cuanto a que hay que investigar más acerca de los bots en redes sociales. Por lo tanto, es de suponer que los estudios sociales vayan a ofrecer resultados más exactos en los próximos años. Además, por motivos de prevención, resulta significativo realizar una investigación más precisa de su técnica: mientras que en la actualidad muchos bots se desenmascaran fácilmente, la realidad es otra con respecto a los bots más avanzados técnicamente. En este caso sí aumentaría el impacto potencial de los bots. Por ello es necesario desarrollar estrategias exitosas en las fases iniciales para poder reaccionar a los avances técnicos.
Los social bots cumplen generalmente objetivos opuestos a los del público general. Sus programadores quieren ejercer de constructores de la opinión pública y para ello los social bots utilizan tecnologías que impiden un intercambio real. No obstante, todavía no se ha investigado lo suficiente sobre el ratio de influencia de los bots sobre la opinión pública, de modo que no hay pruebas científicas sobre su eficacia.
¿Cómo puede identificarse a un social bot?
Cada vez es más difícil identificar a un bot social debido a su creciente complejidad. No obstante, pueden realizarse muchas preguntas con respecto al manejo de las cuentas en las redes sociales con el fin de dilucidar si se trata de un humano o no:
- ¿Es creíble crear un perfil como este? Algunos indicios son la foto de perfil, la antigüedad de la cuenta o la relación entre los seguidores y los datos de seguimiento, pues los bots siguen a muchas cuentas sin tener ellos mismos muchos seguidores. Si una cuenta solo tiene dos o tres amigos, la probabilidad de que se trate de un bot es relativamente alta. ¿Parece la foto de perfil una instantánea única o una foto profesional que un bot haya podido extraer de Internet? Asimismo, la coherencia del texto del perfil también da indicios de si se trata de un usuario humano, pero también debe comprobarse desde cuándo existe la cuenta, pues muchos robots de opinión se desarrollan poco tiempo antes de utilizarse, de ahí que a menudo tengan cuentas muy recientes.
- ¿Qué publica la cuenta? Si una cuenta envía una y otra vez posts similares con casi el mismo número de palabras o con enlaces a siempre los mismos medios, se puede concluir que se trata de un bot que tiene que entablar conversación sobre un tema determinado. Asimismo, también pueden atribuirse a los bots un estilo lingüístico poco natural o errores gramaticales inusuales. Por regla general, los bots suelen publicar con más frecuencia de lo que comentan.
- ¿Con qué frecuencia publica la cuenta y clica en “Me gusta”? La frecuencia con la que una cuenta está activa en las redes sociales permite arrojar otras conclusiones. Excepcionalmente, un número elevado de publicaciones, de “Me gusta” y de retuits es igual de llamativo que un número constante de publicaciones al día. También debe considerarse el tiempo de reacción de la cuenta: si responde y hace publicaciones en pocos segundos, esto es un indicio claro de que no es una persona la que está escribiendo los textos.
- ¿Cómo reacciona la cuenta a preguntas contextuales? Uno de los métodos más eficaces para identificar bots es la creación de preguntas contextuales, que son cuestiones a las que debe contestarse de forma diferente dependiendo de la situación. Además, el pensamiento espacial resulta complicado para los social bots. Si se les pregunta cuál es su opinión sobre la imagen de perfil de la persona que comenta, le resultará complicado contestar.
Actualmente existen algunos proyectos como Bot or Not que sirven de ayuda para identificar social bots.
Por último, siempre es útil recordar el modo de actuar de los diferentes bots en redes sociales: si se observa un comportamiento molesto mediante un bot de sobrecarga o un bot auto troll, es recomendable no dejarse distraer o provocar. Incluso cuando tras una cuenta no haya ningún bot, es conveniente no ignorarla y hablar de ello de manera constructiva con los otros usuarios. De esta manera puedes luchar contra la influencia de los social bots y de las personas conflictivas.