Crowdsourcing o cómo las empresas pueden aprovechar el compromiso de su público

¿La idea de tu producto es tan buena como crees? ¿Cómo puedes seguir desarrollando la oferta que ya tienes? Mientras que antes los empresarios tenían que depender de costosos estudios de mercado o de su propio instinto, hoy día pueden utilizar las múltiples facetas del crowdsourcing. Te explicamos cuándo merece la pena utilizarlo y qué riesgos has de tener en cuenta. Además, te damos consejos para aplicarlo con éxito.

“Crowdsourcing” es un acrónimo procedente del concepto inglés crowd, multitud, y sourcing, aprovisionamiento. Este término lo utilizó por primera vez el periodista estadounidense Jeff Howe en 2006, en su artículo “The Rise of Crowdsourcing” (El auge del crowdsourcing). Como resultado, primero se extendió el término y luego el concepto descrito.

El crowdsourcing suele utilizarse como alternativa al tradicional outsourcing. En vez de contratar a un proveedor de servicios profesional, las empresas recurren a grandes masas de voluntarios. El gran valor del crowdsourcing recae precisamente en esta inteligencia colectiva y en sus diversas perspectivas.

Un fuerte argumento para que las empresas prueben realizar un outsourcing digital con un gran grupo de personas es la reducción de costes, ya que no se remunera a los participantes. Pero ¿y por qué se apuntan tantos aun así? Estos se ven motivados por las ganas de aprender y el intercambio de conocimiento, la alegría de apoyar a una marca conocida y la voluntad de encontrar solución a un reto empresarial. También buscan el sentimiento de comunidad o ganar estatus. Estos estímulos también son importantes en el contenido generado por el usuario.

Una característica fundamental del crowdsourcing es que utiliza tecnologías digitales y a menudo redes sociales para permitir la participación de una gran cantidad de personas en el desafío de la empresa.

Para el crowdsourcing pueden utilizarse distintas tareas relacionadas con productos ya existentes o que se quieran desarrollar:

• Resolución de problemas estratégicos
• Pruebas de productos
• Feedback sobre productos
• Ideas e impulsos para el desarrollo de productos
• Actividades operativas

El crowdsourcing es el concepto general que se utiliza para distintas formas de participación colectiva. Dentro de él se encuentran entre otros el crowdtesting, el crowdfunding y el crowdsourcing móvil.

En el crowdtesting, las empresas externalizan la búsqueda de fallos de aplicaciones digitales a usuarios externos, que como contraprestación no suelen recibir más que un pronto acceso al producto nuevo.

Con el crowdfunding, las empresas financian la realización de nuevas ideas de productos o la expansión de su empresa gracias a una gran cantidad de patrocinadores que reaccionan mediante plataformas digitales de crowdfunding y realizan pequeñas contribuciones de dinero. Algunos mecenas reciben también una contraprestación simbólica.

El crowdsourcing móvil ha cobrado importancia en la última década, en la que ha aumentado en todo el mundo la productividad y la expansión de los smartphones. La función GPS de los dispositivos móviles abre sobre todo la puerta a nuevos modelos de crowdsourcing.

Cuando ha habido una catástrofe y se planea una operación de socorro, es muy útil recurrir a un crowdsourcing para que los cooperantes puedan hacerse una idea de la situación real mediante la multitud de datos. En la protección del medio ambiente y de la salud las empresas también utilizan cada vez más el crowdsourcing. Los usuarios de móvil pueden informar mediante la app sobre ruidos, calidad del aire, niveles de radiación y volumen de tráfico y así contribuir a que las empresas y organizaciones puedan trabajar con una base de datos lo más cercanos a la realidad posible.

El crowdsourcing aporta a las empresas numerosas ventajas y pocos inconvenientes, pero merece la pena comprobar en qué ámbitos empresariales pueden participar los clientes y las personas interesadas.

Los participantes de una campaña de crowdsourcing trabajan por una fracción de los costes que generan los trabajadores o proveedores de la empresa.

Un caso típico de aplicación es el desarrollo del producto. Antes, las empresas tenían que dedicar mucho dinero a realizar estudios de mercado o implicar a expertos si querían averiguar qué productos les gustarían más a los clientes. Con el crowdsourcing, ahora pueden encuestar directamente a su público meta y conseguir previsiones de una fiabilidad parecida pero por una fracción de los costes anteriores. No obstante, para que las opiniones de los participantes en el crowdsourcing sean una proyección lo más exacta posible del futuro comportamiento de compra, es necesario encuestar a un gran número de personas.

Para resolver algunos retos empresariales hace falta tiempo. Hay que crear equipos para el proyecto, nuevos procesos y contratar a asesores externos. Con el crowdsourcing, se externaliza la búsqueda de soluciones de manera económica y se cuenta con más experiencias. Por ejemplo, Unilever ha llegado también a esta conclusión y utiliza activamente el crowdsourcing en su trabajo de innovación.

Otro ejemplo de procesos rápidos: el crowdsourcing móvil en situaciones catastróficas. Cuando los usuarios comparten el GPS del móvil o comparten vídeos, los cooperantes se hacen una imagen de la situación mucho más completa y más rápidamente, más que si se los enviaran sus propios equipos en la región o si estos tuvieran que recopilarlos personalmente.

Los clientes deciden en gran medida la calidad de un producto. Por eso, el crowdsourcing es una vía fácil para garantizar una mayor fiabilidad de la mejor calidad del producto. El feedback y las ideas del grupo objetivo propio pueden recogerse y ponerse en marcha rápidamente.

Las empresas pequeñas ya se benefician del crowdsourcing en su trabajo de innovación. Les faltan los recursos humanos necesarios para desarrollar ideas únicas sin apoyo externo. El crowdsourcing amplía sus horizontes: cuantas más personas participen, más perspectivas distintas habrá sobre un problema o producto y más creativas y diversas serán las propuestas.

El crowdsourcing es una herramienta ideal cuando se dispone de un presupuesto de marketing ajustado y se quiere que un nuevo producto (o empresa) llame la atención. Por un lado, a los medios tradicionales les encanta informar sobre proyectos de crowdsourcing creativos; por otro lado, el más importante, muchos participantes comparten el proyecto en sus propias redes sociales, generando un efecto viral. Rara vez podrá una empresa conseguir este alcance mediante el marketing clásico en línea.

Cuando las empresas evalúan las ideas de sus productos mediante crowdsourcing, primero han de asegurarse de que el tema sea adecuado. Un estudio de la Universidad de Paderborn descubrió que la calidad de la evaluación del público no se puede comparar con las evaluaciones de expertos en preguntas complejas, algo aplicable no solo en el desarrollo de productos, también en las campañas de crowdsourcing de otros ámbitos empresariales.

El crowdsourcing es controvertido. Los detractores reprochan a las empresas que, entre otras cosas, de esta manera sustituyen trabajos remunerados y así caen los precios de mercado de los proveedores profesionales. Un caso que recibe muchas críticas son los proyectos crowdsourcing en el ámbito del diseño y la fotografía. Por tanto, las empresas deben diseñar su comunicación en línea de manera proactiva para contrarrestar la acusación de que se están apropiado gratis de un trabajo que de otra manera sería remunerado.

El crowdsourcing no requiere un gran presupuesto, por lo que pueden ponerlo en marcha tanto las empresas emergentes como las grandes multinacionales. Puede tomar cualquier tamaño: un proyecto a largo plazo con web propia o un simple cuestionario en Facebook o Instagram.

El ejemplo de crowdsourcing más conocido es probablemente Wikipedia. Quien quiera puede participar en esta enciclopedia online. Originariamente se debía recurrir a un equipo editorial profesional de Nupedia, algo que ralentizaba significativamente el proceso de redacción. Wikipedia se basa en la inteligencia colectiva, el compromiso voluntario de muchos y el control y las correcciones mutuos. Así se consigue una alta calidad en los artículos sin incentivos financieros. Con el enfoque del crowdsourcing, Wikipedia se ha desarrollado y convertido en uno de los sitios web más visitado del mundo.

La plataforma de diseño 99designs hace accesibles diseños profesionales a empresas con poco presupuesto gracias al crowdsourcing. Si tienes que contratar a alguien para un diseño, puedes anunciarlo en un concurso de la plataforma. Entonces, diseñadores web o gráficos podrán presentar sus propuestas, pero solo se pagará la propuesta por la que se decante la empresa. Así, no solo ahorras dinero, sino también podrás elegir entre un amplio y variado abanico de propuestas de diseño.

LEGO® nos demuestra cómo puede una empresa incorporar el crowdsourcing al desarrollo de productos. En la página de ideas, los usuarios pueden presentar propuestas de nuevos sets de LEGO® y votar las ideas de otros usuarios. Las propuestas que reciban más de 10 mil votos dentro de un periodo de tiempo determinado serán valoradas por un jurado de LEGO®. Si la idea llega a materializarse, el usuario que la había presentado tomará parte en los ingresos de la venta. Entre los productos que han salido de un crowdsourcing se encuentran los sets de Winnie the Pooh, Barrio Sésamo y la cafetería “Central Perk” de la serie de televisión FRIENDS.

Si quieres realizar una campaña de crowdsourcing en tu empresa, has de tomar en consideración algunas reglas básicas para que tu proyecto consiga los resultados deseados.

Ten claros de antemano los objetivos que quieres conseguir con tu crowdsourcing y qué forma de crowdsourcing es más adecuada para ello. Comunica la tarea de manera transparente y clara y limita bien las fronteras del ejercicio. Un ejemplo negativo del desarrollo de producto: si prometes de antemano fabricar la idea de producto más votada, es posible que acabe erigiéndose como ganadora una propuesta irónica que no se ajuste a la visión de la empresa.

Infórmate sobre los requisitos legales que exige un proyecto de crowdsourcing y formula las condiciones de participación correspondientes. Esto es particularmente relevante para los derechos de autor en concursos creativos. De lo contrario, posteriormente no solo tendrás que hacer frente a problemas legales, sino también a la mala prensa generada por participantes insatisfechos que airean su insatisfacción online en redes sociales.

Da vueltas a qué personas quieres mover para que participen en tu crowdsourcing y en qué lugar de la red se encuentran. Adapta el tipo de discurso en texto, imagen y vídeo a tu grupo objetivo para que puedas recibir contribuciones de creativos relevantes.

La comunicación es un factor determinante para que tu proyecto reciba mucha atención y que muchas personas participen activamente. Comunícate de tú a tú con los participantes, reacciona a tiempo y participa activamente en los debates. Informa a los medios relevantes sobre tu proyecto para generar más alcance gracias a la cobertura mediática.

Un proyecto de crowdsourcing exitoso puede proporcionar más feedback e ideas más rápidamente de lo quizás esperado. Para poder analizar tus datos con sentido, crea en primera instancia procesos internos: ¿cómo quieres gestionar las ideas? ¿Quién se encarga del análisis? Fijar unas competencias claras ayuda a sacar el máximo jugo al proyecto.